El éxito de salir a ganar
Para tener un nivel de éxito en algo, no puedes dispersarte y hacer múltiples cosas. Se requiere un foco desesperado y obsesivo en conseguir aquello que quieres. Tienes que poner toda tu vibración, todo tu corazón y toda tu creatividad ahí. Will Smith
Para lograr ese «estado de gracia» es imprescindible tener claridad en el objetivo y que este sea lo suficientemente importante para nosotros como para estar dispuesto a movilizar los recursos necesarios para lanzarnos hacía él con entusiasmo, capaces de afrontar los desafíos que podamos encontrar a lo largo del camino. Los casos de éxito de logros alcanzados, los propios que cada uno de nosotros tenemos, y los de personas de éxito que lo lograron, son los mejores ejemplos que nos pueden y deben servir como referencia y guía para comprender, interiorizar y convivir con la convicción de que “si lo hago de ese modo podré alcanzar lo que me proponga” ¿Y cuál es ese estado en el que conseguimos las cosas? Si analizamos bien, que nos pasa cuando la vida nos va bien, en su totalidad, en alguna de sus facetas o bien en proyectos muy concretos, podemos observar que siempre se dan unos mismos patrones.
En general siempre será preciso tener el objetivo bien definido. Cuanto más concreto sea, mayores serán las posibilidades de alcanzarlo. Así pues, empieza a escribir, a definir, a imaginar libremente como lo deseas, dando rienda suelta a tu imaginación. Henry Thoreau, decía; “A la larga, sólo se alcanza a lo que se apunta. Por lo tanto, mejor que se apunte a algo elevado”. Pon el foco en que quieres y en como lo quieres. Identifica lo que requieres y empieza a elaborar tu plan de acción con una mentalidad ganadora.
Del mismo modo que Rafa Nadal sale a ganar, nosotros debemos sabernos ganadores de antemano si queremos conseguir que nuestros retos se transformen en realidades. Pero no basta con saber lo que queremos, ni siquiera basta creer que estamos motivados, si no disponemos de la fuerza impulsora que nos moviliza de verás.
Nietzsche decía “Aquel que tiene un porqué vivir puede soportar casi cualquier cómo”. Así pues asegúrate de que tu objetivo sea lo suficientemente importante como para que merezca la pena para ti todo lo que supone. Y para ello, pregúntate ¿Cuan dispuesto estoy a realizar lo que requiero para conseguirlo? Si la respuesta es muy positiva, con una puntuación superior al ocho, entoncces sigue adelante. Siente tu confianza y convicción, de estar en el buen camino hacía tu objetivo. ¿Y cómo adquirir la confianza? Cuando las dudas te asalten, y la voz interior inicié su bombardeo de cuestionamientos tales como: ¿Será muy difícil? ¿Podré yo? ¿Y si no lo consigo? ¿Merece la pena el esfuerzo?, etc…, te recomiendo que tomes lápiz y papel y dividas tu folio en dos.
Escribe a un lado las cosas que creas que ganas logrando tu objetivo y, al otro aquello que requieres y pierdes obteniéndolo. Cuando acabes, podrás valorar mejor si el resultado de tu objetivo tiene tanta fuerza como para superar los obstáculos y pérdidas que supone. Pasa entonces a la acción, y no olvides que entonces el tesón, la constancia y la disciplina se requerirán, pero sin duda merecerá la pena porque habrás salido a ganar.
Escribí este artículo en el 2013. ¡ En el 2018, está tan o más vigente que entonces !
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