Madrugar no es sinónimo de productividad
En los últimos tiempos me he encontrado con una tendencia de la que me gustaría hablaros hoy. Me refiero a la ligereza con la que muchos aconsejan irse a la cama pronto y madrugar para ser más productivos. Lo cierto es que madrugar no siempre es sinónimo de productividad.
Esta es una creencia y un consejo que muchas personas dan, sin embargo es interesante tomarse el tiempo para «parar y pensar», sabiendo que esta creencia, como muchas otras, debemos cogerla con pinzas. Porque existen muchos detalles y condicionantes a tener en cuenta: la cultura, la tendencia, los ritmos biológicos de cada uno, etc. Veámoslo…
El ritmo circadiano
Seguramente has escuchado alguna vez que todas las personas poseemos un reloj interno que regula nuestra fisiología y metabolismo. Y es así. Este reloj ubicado en nuestro cerebro genera nuestros ritmos circadianos. Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo aproximado de 24 horas y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo.
Por ejemplo, el famoso «jet lag«, que es un fenómeno qué se produce en nuestro organismo, cuando hacemos un viaje largo en avión, y genera una alteración del ritmo circadiano. Y esto es así porque, nuestro reloj interno sigue sincronizando con el lugar de salida y, necesita un tiempo para adaptarse al nuevo horario del país o lugar de llegada.
Aunque aproximadamente hablamos de este ciclo de 24 horas, cada persona tiene su propio ritmo circardiaco, que responde a su cronotipo dominante. Conócelos.
Cronotipos.
Por Cronotipo se entienden las variaciones de los ritmos circadianos endógenos. Y como te comentaba anteriormente, un ritmo circadiano se refiere a un ciclo fisiológico subyacente de 24 horas. En base a ellos, las investigaciones diferencian entre tres tipos de personas, según sus diferentes variaciones rítmicas, en relación al estado de sueño y vigilia, en el que cada persona alcanza sus estados de alerta. Estos tres tipos de personas son:
1- Alondras
Se trata de las personas que rinden más y mejor por la mañana. Les gusta levantarse temprano, siendo muy activos a primera hora, y según pasa el día se van encontrando más cansado e incluso de peor humor.
Estas personas, llamadas también «matutinas», se caracterizan por ser responsables, realistas y racionales. Se acuestan pronto y se duermen rápido. Y, según diversos estudios se calcula que pueden ser alrededor de un 10% de la población.
2- Búhos
Son el tipo de persona que rinde más por la tarde o por la noche. Les cuesta despertar, tardan tiempo en activarse, y es a medida que avanza el día cuando llegan a su mejor momento.
Estas personas llamadas también «intermedias», suelen ser personas que pueden ser impulsivos y extravertidos, prefieren datos abstractos y simbólicos, además son emocionales y divertidos. Y, según estudios científicos a este grupo pertenece el 20% de la población.
3- Colibrís
Los colibrís están a mitad de camino de las dos anteriores.
Son las personas también llamadas «vespertinas», y sorprendentemente, se calcula que son alrededor del 70% de la población.
Madrugar no siempre es sinónimo de productividad
Sí tenemos en cuenta las diferencias entre tipos de personas y cronotipos, podemos concluir que madrugar no nos hace necesariamente más productivo a todos por igual, sino que depende de cada persona y de su propio ciclo biológico.
Por ello, y afectos de ser más productivos y disfrutar más de nuestra vida, necesitamos conocer cual es nuestro mejor momento para realizar las actividades que requieren mayor concentración y visión estratégica. En general el momento indicado para ellas, son las primeras horas del día, pues es cuando uno está más fresco. Aún así, sólo tu sabrás cuando es tu mejor momento, en función de tu propia identificación y según sea tu cronotipo: alondra o matutino, búho o intermedio y/o colibrí o vespertino.
Y dicho todo esto, me gustaría subrayar con este artículo, que no es que esté a favor de los dormilones, sino que debemos tener cuidado con las modas y creencias que damos por válidas, sabiendo que, buscar en la inmensa gama de grises el adecuado, y el que a cada uno nos funciona mejor, es la clave. Y es que, sencillamente, no todos los sistemas de productividad son válidos para todos; del mismo modo que tampoco podemos dar por válido cualquier consejo genérico, sin antes de comprobar que realmente nos funciona a nosotros mismos.
Y tú, en que grupo estás: ¿eres Alondra, Búho, o Colibrí?
Coach personal Barcelona, vitalcoachingbarcelona.com