¿Llevas tus esfuerzos en la dirección correcta?
Preguntarte si tus esfuerzos van en la dirección correcta es, sin ninguna duda, una de las mejores reflexiones que puedes hacer pata ayudarte a ti mismo/a. Me refiero a si realmente el uso que haces de tu tiempo te acerca a tus sueños y objetivos, tanto a nivel personal como profesional.
¿Te has preguntado alguna vez si estás administrando correctamente tu tiempo, de una forma eficaz y eficiente?
Es muy habitual encontrar personas muy productivas, pero no en la dirección y sentido correctos.
Cuando estamos ante uno de estos casos hablamos de una persona productiva en el más estricto sentido de la palabra; sin embargo, no podemos hablar de productividad a un nivel personal.
Te pondré un ejemplo sencillo: imagina que uno de tus objetivos es aumentar tus ingresos mensuales. Una forma de lograr ese objetivo puede ser aumentando tu jornada laboral; pero quizá no sea la mejor manera, ni muchos menos la más eficaz. Es posible que la vía sea trabajar de una forma más inteligente y eficiente en lugar de durante más tiempo.
También es muy habitual responder a la pregunta que te planteo en base a los resultados conseguidos. Y lo cierto es que no siempre la respuesta es fiable. Me explico: quizá tus esfuerzos están bien dirigidos, los llevas en la dirección correcta y simplemente ocurre que todavía no se han manifestado los resultados. Esto puede suceder, ya que no siempre vamos a obtener resultados inmediatos… por eso debes ser objetivo/a y analizar bien la situación antes de responderte a ti mismo/a.
Si quieres saber realmente si tu esfuerzo está bien dirigido y encaminado, no te centres sólo en el ahora, sino valora lo que has ido consiguiendo hasta el momento.
Te pondré otro ejemplo:
Imagina que tienes una empresa y te has fijado como objetivo aumentar en 50 tu cartera de clientes en un plazo de un año, 70 el segundo año y llegar a los 100 el tercer año.
Si te preguntas dentro de una semana si tus esfuerzos van en la dirección correcta, es muy probable que pienses que no, ya que el objetivo aún queda lejos. Pero si has elaborado una estrategia y te has marcado un plan de trabajo a seguir para conseguirlo, en este caso tus esfuerzos van bien encaminados. Entonces, en lugar de medir y analizar si realmente estás poniendo el foco donde debes a través de la pregunta ¿cuántos clientes tengo ahora?, mejor pregúntate, por ejemplo, ¿qué medios y herramientas estoy utilizando para darme a conocer entre potenciales clientes?, ¿estoy escuchando a mis clientes y teniendo en cuenta sus necesidades?, ¿qué estoy haciendo para conseguir contactos clave que me ayuden a alcanzar mi objetivo?, ¿estoy investigando y formándome para aprender y llevar a la práctica técnicas de captación de clientes?, etc.
Te animo a reflexionar sobre ello… Pregúntate, analiza, respóndete. Si vas en la dirección correcta, continúa avanzando hasta tu meta. Si no, actúa, toma las riendas y redirige tus esfuerzos para encontrar el camino que te lleve hasta tus objetivos.
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