¿Qué es el pensamiento visual?
El pensamiento visual consiste en imprimir o plasmar ideas en un mapa o dibujo mental utilizando elementos relacionados entre sí con la intención de entenderlo mejor y de una forma más sencilla. El principal objetivo que persigue el pensamiento visual, también llamado visual thinking, es identificar problemas, encontrar soluciones y descubrir otros horizontes.
Dam Roam (experto en pensamiento visual y autor del libro ‘Tu mundo en una servilleta’) lo define como la capacidad de aprovechar ese “don” innato que tenemos de ver, tanto con los ojos como con la mente, con la intención de descubrir y capturar ideas que de otra manera serían invisibles, desarrollarlas de una forma intuitiva y compartirlas, para que otras personas puedan captarlas de una manera rápida, simple, sencilla.
El proceso del pensamiento visual
Siguiendo con Dam Road, él propone a través de su página web (donde comparte una gran cantidad de contenido relacionado con la temática), una manera muy simple de describir el pensamiento visual:
- Mirar
Recogemos la información visual, la recopilamos y realizamos luego una selección de los elementos más relevantes para los que vamos a explorar. - Ver
Realiazamos una selección de aquello que nos parece más interesante e identificamos la relación entre los elementos y las pautas. - Imaginar
Utilizar la imaginación y creatividad para manipular los elementos y descubrir pautas nuevas. - Mostrar
Una vez que se descubre una nueva pauta y se logra comprender, es importante compartirla, mostrarla a otras personas para obtener un feedback.
¿Para qué sirve y se puede utilizar el pensamiento visual?
Al tratarse de una técnica que persigue mejorar sistemas o ideas, el visual thinking o pensamiento visual, está muy relacionado con la innovación. En este sentido, es común trabajar sobre hipótesis, metas u objetivos que no están del todo definidos o claros, etc. Así, el pensamiento visual se convierte en la herramienta perfecta para explorar terrenos desconocidos, comprobar y contrastar hipótesis, etc. Y el resultado final de todo este proceso es llegar a nuevas conclusiones o tomar las decisiones más apropiadas.
En resumen, el pensamiento visual permite resolver problemas, estudiar y explorar conceptos, innovar, entender más rápidamente cómo funcionan los sistemas, las personas, etc.
Cada vez son más los profesionales y las entidades que muestran inquietud e interés por el pensamiento visual. De hecho, muchas son ya las compañías que lo utilizan en los procesos creativos. Apple o Google son algunas de esas empresas.
¿Cómo lo hacen?
Con los llamados Mapas Mentales. Esta técnica fue desarrollada por primera vez por el escritor y consultor educativo inglés, Tony Buzan, y su objetivo principal fue sintetizar y plasmar los pensamientos derivados de un tema central, de forma gráfica y dinámica. Aquí tienes algunos ejemplos para que tomes ideas y veas lo sencillo que es…
¿Y si no sé dibujar?
Te propongo que hagas una retrospectiva de tu vida hasta tu niñez… ¿Recuerdas que no tenías ningún miedo a dibujar? Ni siquiera cabía en tu mente la posibilidad de que dibujaras mal. Lo cierto es que a medida que van pasando los años nosotros mismos vamos poniendo limitaciones a nuestra capacidad de dibujar dependiendo del talento que tengamos para ello. Pero lo cierto es que todos, sin excepción, somos capaces de realizar figuras, monigotes, símbolos, etc. Lo importante es que tengas presente que este proceso no consiste en demostrar qué se es un artista, ni mucho menos en representar la realidad. Consiste, simplemente, en realizar imágenes y figuras simples y universales, lo más simples posibles y que se entiendan en cualquier parte del mundo.
Es bastante más sencillo de lo que imaginas y lo puedes aplicar a tu vida. Y es que desarrollarte cómo persona y profesional también es innovar.
¿Te animas a practicar?
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