Construir una vida con sentido que podamos disfrutar debería ser el objetivo de cualquier ser humano. Y para alcanzar este objetivo, ha sido demostrada la importancia del optimismo.

Los pesimistas asumen los contratiempos como algo irremediable y ante las adversidades reaccionan asumiendo que no hay nada que puedan hacer para reconducir o mejorar la situación. Sin embargo, los que recurren al optimismo y la esperanza, crean una barrera que impide que caigan en la apatía en la desesperación o la depresión.

Cada uno es responsable, no sólo de sus actos, sino también de sus actitudes. Y aunque lo cierto es que no siempre resulta fácil, sí es posible cambiarlas y mejorarlas en cualquier momento y a cualquier edad.

Hoy quiero compartir con vosotros algunas claves básicas para mantener el optimismo a pesar de la incertidumbre o cuando todo se complica:

Elige y mantén una actitud de GRATITUD

Si muestras una actitud de gratitud no sólo contribuirá a sentirte mejor contigo mismo/a, sino que estarás permitiendo que tu mente se libere de negatividad y esté más libre para enfocarse en nuevas ideas, proyectos y objetivos.

La gratitud es, sin ninguna duda, un potente imán que atrae cosas buenas y nuevas cosas por las que seguir estando agradecidos.

Ante la incertidumbre: RESPONDE

Si te pasas los días y la vida pensando en lo que pasará si las cosas no salen como quieres o como planeas, no sólo estarás perdiendo un valioso tiempo, sino que estás atrayendo así la negatividad, los resultados negativos. Pase lo que pase, el mundo no va a llegar a su fin, así que no dejes que los nervios y la ansiedad te dominen ante la incertidumbre. Toma las riendas de la situación y pasa todo lo negativo a positivo… En lugar de preguntarte constantemente qué pasará si no logras cerrar ese contrato o si no recibes la financiación, mejor responde a todas esas dudas y preguntas imaginando el escenario y diciéndote a ti misma cómo manejarías o gestionarías la situación.

Recuerda: ¡que la ansiedad ante la incertidumbre no te supere!

ACEPTA aquello que no puedes cambiar y CAMBIA lo que puedas

Centra tu foco en aquello que puedes conseguir, alcanzar, modificar, mejor… en definitiva, en lo que está a tu alcance. Asume nuevas responsabilidades de trabajo con entusiasmo, fórmate, aprende nuevas habilidades… Haz lo necesario para lograr cambiar aquello que precisa ser cambiado; pero si, por el motivo que sea, escapa a tus posibilidades, acéptalo, déjalo ir y centra tu atención, esfuerzos y energías en lo que sí puedes cambiar.

ENFRENTA tus miedos

Que tus miedos no te paralicen. No permitas siquiera que actúen como freno. Asúmelos y comienza a abordarlos de frente, de forma directa.

Un ejemplo simple, pero que permite entender el concepto es cuando tienes miedo a perder el trabajo o el negocio por falta de ventas. Aquí, de nuevo debemos pasar lo negativo a positivo, o lo que es lo mismo, convertí el miedo en una meta que en este caso se podría traducir en una elaborada y fuerte campaña publicitaria que permita incrementar esas ventas.
¿Te da miedo que tus conocimientos o habilidades no sean suficientes? Entonces organiza tu tiempo de manera que logres rescatar el tiempo necesario para dedicarlo a actualizar tus habilidades o formarte. Fórmate y aprende, pero no te conviertas en aprendiz permanete. Así que, en cuanto puedas, PASA A LA ACCIÓN y da pequeños pasos hacía adelante.

La experiencia es la mejor escuela, ya lo decía Machado. 

«Se hace camino al andar…»