Guía para meditar mientras corres
Correr y meditar son dos actividades realmente muy beneficiosas para nuestra salud, tanto a nivel físico, psicológico y emocional.
De hecho, forman un tándem tan perfecto que, ¿por qué no unir ambas actividades?
Piénsalo, mientras corremos, quemamos calorías, lo cual mejora nuestra calidad de vida y la alarga. Y mientras meditamos, reducimos el estrés y mejoramos la salud cardiovascular. Además, ambas actividades nos ayudan mentalmente y contribuyen a mejorar nuestra autoestima, confianza y bienestar.
¡Todo son ventajas! Aún así, a lo mejor estás pensando que si ya te cuesta incluir una nueva actividad en tu rutina diaria, dos es casi misión imposible…
Y ahí es justo donde quería llegar. Meditar mientras corres es posible. Y hoy me gustaría darte la base para lograrlo, ¿te animas a ponerlo en práctica?
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Corre con atención plena
La atención plena es una forma de ser y estar, muy recomendable para todas las actividades de la vida. Toda una invitación a vivir en el momento presente del aquí y del ahora. Con agradecimiento por este estado presente y todo cuanto te está regalando en este preciso momento.
Tan simple y tan complejo a la vez…
Lo cierto es que si logras salir a correr poniendo toda tu atención en lo que tiene que ver con esta rutina, de alguna manera, ya estarás meditando.
El secreto radica en mantener presente tu conciencia siempre. En los puntos positivos (sentir el aire, mejorar el ritmo…) y también en los momentos más complicados (cuando correr se pone difícil, cuando sientes dolor…).
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Encuentra tu ancla
Sal a correr. Es lo más importante…
Y sí, es muy probable que en cuestión de minutos, quizá solo de segundos, ya estés pensando en otras cosas: en el trabajo, en lo que tienes que hacer más tarde, en algún problema concreto… No pasa nada, deja fluir los pensamientos y no luches en su contra; simplemente, en cuanto te des cuenta de que está ocurriendo, procura regresar al presente y poner la atención conscientes en tus movimientos.
El secreto de la meditación es justamente ser consciente.
La respiración es una herramienta de gran ayuda. Conéctate a tu respiración, sé consciente de cómo respiras, de qué patrón sigues al respirar, cuántos segundos son de inspiración y cuántos de espiración… Esto es un ancla a la que puedes regresar cada vez que seas consciente de que tu mente se dispersa.
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Escoge un mantra
Un mantra es un sonido o una palabra que tiene cierto poder psicológico o espiritual cuando es repetido.
Repetir nos ayuda a abrir nuevas sendas y conexiones neuronales… y cuando repetimos un mantra, de alguna manera estamos creando una autopista a nuestros pensamientos.
El poder de los pensamientos es asombroso. Te aseguro que si piensas constantemente «no puedo correr», cada vez que ese pensamiento habite tu mente, se hará más fuerte, hasta apoderarse de ella… Pero si realmente, ese día, no puedes o has decidido no correr, modifica tu anterior pensamiento de «no puedo correr», por este otro: «Hoy no saldré a correr, mañana si lo haré».
Y para cada día, te propongo que te repitas un mantra en relación a tu objetivo. Así pues, si deseas correr, imagina que ya lo haces, cual es tu experiencia y el resultado de la misma, y luego te dices a ti mismo: «Yo disfruto corriendo cada día».
A base de repetirlo estarás asfaltando la autopista a tu mente -consciente y subconsciente- que te predispondrá positivamente para el día siguiente.
Te invito a pasar a la acción. Decide salir a correr. Hazlo cada día. Busca tu propia ancla cuando estés corriendo y durante una semana, utiliza el mantra que hayas elegido. Y, después de una semana, me encantaría que me cuentes qué ha pasado…
Recuerda que tus pensamientos y creencias son los ladrillos que construyen tu propia realidad.
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