¡ Lo quiero YA !

Impaciencia«El elefante…A TROZOS», me dijo alguien ante mi impulsiva impaciencia. Yo, me imagine ese elefante y me sentí aplastada por él. Pasó un largo tiempo hasta que pude imaginar que cada parte de él podía aportarme un valioso regalo. Ahora, cuando siento la impaciencia llegar, me pregunto cuál es el camino y cuáles son los pasos que quiero tomar para alcanzar cada una de mis metas. Así le doy, a mi objetivo un nuevo enfoque para desbloquear aquello que me impide.

Mi propia experiencia y, muchos años de investigación, formación y ayuda externa me han enseñado que la vida, como el elefante, se toma bien cuando se trocea. Ahora percibo el grado de impaciencia de una persona, en los primeros cinco minutos de la sesión. Durante un proceso de coaching, si la impaciencia es un impedimento, su gestión supone una transformación fabulosa para el logro de sus metas de éxito.

¿Cuándo y Cómo SI se tiene éxito?

Cuando tus metas están acordes a tus valores, y estás en sintonía con el propósito de tu vida, entonces conectas con la fuerza para elaborar, y dar los pasos que te conducen hacía tu objetivo.

Pero,  entonces ¿por qué nos cuesta tanto trocear?

Uno de los mayores auto boicots personales que existen para alcanzar lo que queremos, es la impaciencia. Muchas veces además cuesta concretar los objetivos, y así nos permitimos divagar, sin avanzar ni saber qué nos pasa. Unos le llaman procrastinación, yo le llamo «el arte de posponer», y así mientras no avanzamos creemos qué, cuando lo hagamos, será rápido.

“¡Lo quiero YA!”

Vivimos en la sociedad de la impaciencia. Prevalece el deseo de tenerlo todo resuelto en el minuto cero. Y la vida es un proceso, que requiere sus tiempos como la propia vida desde el momento de la concepción.

Pero ¿Quién crees que lo quiere todo ya?… la respuesta es: «los niños». La impaciencia no es un comportamiento adulto que nos permita gestionar y vivir la vida como tal.

La impaciencia encubre nuestros miedos más profundos y es la excusa perfecta para justificar el «no soy capaz», «no hay manera, por más que lo intento»  Escudados en los NO´s, sentimos el atropello del todo y entonces no hacemos nada. Entramos así en la rueda de la insatisfacción. “Ha pasado X tiempo y no he avanzado” . Entramos en bucle, y sentimos miedo.

Ese miedo lo disfrazamos con excusas que nos justifican ante los ojos ajenos, pero nunca ante los nuestros propios, pues en lo profundo sabemos que algo no nos funciona.

Cuando nos ponemos impacientes bloqueamos nuestra inspiración divina que nos da la fuerza creativa para emprender acciones concretas hacía nuestros objetivos.

En la vida, en el trabajo, el tiempo cuenta, cada día, cada segundo es importante para vivirlo con merecimiento.

Vivimos no sólo por alcanzar la meta, sino para saborear a cada paso del camino…

Pasos para trocear

  • Conéctate con tu resultado final e identifica los pasos que quieres y debes dar para lograrlo. Identifica las imágenes con la sensación de disfrutar que estás en marcha hacía tu plan.
  • Establece tus metas volantes, con fechas y acciones concretas.
  • Elabora un plan ambicioso, retador y también realista.
  • Felicítate por cada uno de tus logros.
  • Celebra tus triunfos
  • Agradece todas las oportunidades que la vida te brinda, las situaciones y personas que pone en tu camino y sigue orientándote hacía la acción con la sensación de que ya lo has logrado.

Y si…sientes a tu impaciencia llegar, pregúntate “¿Que de verdad te está pasando?” “¿Qué estás intentando posponer?” “¿Qué pasaría si ya hubieras  logrado tu objetivo?  Nútrete de las sensaciones positivas y de la fuerza que sientas.

Y, si detectas algo que te impide, utiliza alguna técnica que conozcas para limpieza de creencias, o busca ayuda para trascender tus creencias limitantes. Siempre será más fácil y efectivo, tanto para detectarlas con eficacia como para aplicar técnicas que las contrarrestan y diluyen y así alcanzar lo que deseas de verdad.

Más allá de la impaciencia, como expresó Nelson Mandela como Presidente Electo de Sudáfrica, en 1994, TU mereces brillar con toda tu luz. Inspirador ¿No?

» Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite.
Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?
En realidad, ¿quién eres tú para no serlo?
Eres hijo del universo.
El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo.
No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.
Nacemos para hacer manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros.
No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.
mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo.
Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.»

Beatriz-Palá-Calvo

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