Ya es hora de tomar las riendas de tu vida
Decía Jonh Lennon que «La vida es aquello que te pasa mientras estas ocupado haciendo otros planes», y yo creo que muchas veces uno de nuestras mayores dificultades es que nos olvidamos de VIVIR, si de vivir con mayúsculas.
Merece la pena tomar las riendas de tu vida y ser el dueño de tu vida. Para ello, se requiere tomar decisiones y pasar a la acción, pero sobre todo es importante vivir con mayor autenticidad y presencia, y ahí -creo yo- radica la esencia de la felicidad.
Y, para VIVIR con mayor autenticidad y presencia, tomando las riendas de tu vida, me gustaría dejarte unas sugerencias que considero muy útiles:
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Mide tu ego
La primera de mis sugerencias es mirar de frente a nuestro ego, porque en muchas ocasiones alimenta nuestros miedos. Es el ego el que nos aleja de nuestros sueños incitándonos a sentirnos superiores a veces e inferiores otras.
El ego tiende a valorar lo material y habitualmente desde la carencia, en vez de el amor a los demás. Este mismo ego, también muchas veces nos impide invertir tiempo en que realmente nos hace felices. Nos conecta con los miedos, y el miedo siempre es contrario al amor. Tú eliges: miedo o amor.
El amor y el miedo son las dos emociones básicas de las que derivan todas las demás, porque con amor no hay miedo, y con miedo no hay amor. Cuando sientas miedo conecta con el amor, que es la esencia de tu ser. Y también cuando tu ego te asalte con su voz en off, , siempre puedes gestionar tu dialogo interno y aliarte contigo mismo.
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Pide ayuda
No siempre y no a todos nos resulta fácil pedir ayuda cuando la necesitamos. Quizá porque interpretamos que puede ser una muestra de debilidad o de derrota. Déjame decirte que es justamente lo contrario a eso; reconocer que necesitamos ayuda o colaboración para resolver cualquier asunto es, y debes entenderlo, como un síntoma de valentía y fortaleza.
Si no puedes solo/a, echa un vistazo a tu alrededor y pide ayuda. Estoy segura que siempre encontrarás a alguien dispuesto a ayudar. Además cuando pides ayuda, das el permiso a otras personas a estar cerca de ti, generas empatía y cercanía y muchas veces se mejoran las relaciones y la comunicación.
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Rechaza el victimismo
Vuelvo al ego, porque en ocasiones es él quien nos dirigiré y nos lleva en dirección al vistísimo.
Las personas que se comportan como víctimas asumen que no tienen ningún control sobre sus propias vidas y solo están dispuestas a ver lo malo, lo que sale mal, lo negativo.
Claro que todos tenemos días complicados en los que sentimos la necesidad de quejarnos. Y eso no está mal. Al contrario, puede incluso ayudarnos en un momento determinado. Sin embargo, una persona victimista no se queja un día, sino que se queja de manera continua y alimenta constantemente la negatividad. Y por supuesto acaba atrayéndola.
Por ello, es importante que, cuando adoptemos un papel de víctima, lo reconozcamos. Y es importante también ser conscientes de que podemos abandonarlo. La decisión está en uno mismo/a, y este es el reto.
Si algo no ha salido como esperabas, deja de quejarte y pensar que todo va a salir mal porque a ti siempre te sale todo mal; porque si no, es justo eso lo que conseguirás. A cambio, piensa en lo que si quieres y empieza a tomar decisiones en esa dirección. Piensa que todo va a ir mejor y que hay muchas cosas buenas en camino.
Te aseguro que, cuando de verdad estés convencido/a lo bueno llegará. ¡Prueba y verás!
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No te rindas
Hay veces que decidimos que no vale la pena seguir adelante. Y digo «decididimos» porque así es, cuando así lo determinas ya lo has decidido, y así será. Mi opinión es que mientras haya vida, no solo podemos, sino que debemos seguir intentando aquello que queremos y que nos hace felices. En todo caso, siempre puedes revisar la forma en como lo vas a hacer para lograrlo, y hasta redefinir objetivos, pero nunca abandones sin haber explorado alternativas y caminos. Siempre podrás alcanzar tus metas en la medida que no te rindas. Y si necesitas parar, tómate el tiempo para recuperar tus fuerzas y seguir avanzando en dirección a lo que si quieres.
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Repasa tus progresos
Si me sigues en el blog, sabes que eso de escribir o de hacer listas es algo que te sugiero muchas veces, para conocernos a nosotros mismos, como método para recordar y como guía para alcanzar metas. Esta vez mi sugerencia es que hagas un repaso a tu logros y progresos, y los escribas.
Haz una lista con cada pequeño paso y los pasos importantes que ya has dado y aquello que has conseguido. Comprobar cómo van las cosas cada cierto tiempo es una buena idea. Haz balance y enfócate en el siguiente paso… Este es un ejercicio increíble que te conecta con tus éxitos, te da muchas satisfacciones y fuerza para afrontar nuevos retos con gran ilusión y motivación.
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El final lo escribes tú
Siento decirte que por más que la gente lo repite, no es cierto, nada está escrito. Eres tú quien escribe tu destino y tu final. Por muy complicadas que sean las circunstancias y las piedras que encuentres en el camino, está más que demostrado y comprobado que el ser humano siempre puede superarlas.
Todo es cuestión de fuerza de voluntad, capacidad de superación, resiliencia y autodisciplina.
Y recuerda que…
NADIE puede decidir cómo debes vivir tu vida.
Solo tú eres dueño/a de tu vida y nadie puede ni debe decirte cómo debes vivirla. Al igual que tus decisiones, esas que marcarán tu camino, son solo tuyas y, tú eres el/la responsable y también el benefactor. Disfrútalo…
Y sobre todo recuerda que «un deseo no cambia nada; una decisión lo cambia todo.»
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