Autoexigencia: ¡Suéltala!
Si tuvieras que valorar del 1 al 10 tu nivel de auto exigencia , ¿Que puntuación te darías?
Si tu puntuación es igual o mayor a 7, formas parte de la gran mayoría. Y es que vivimos en la sociedad de las prisas, con mucha información a nuestro alcance, que tantas veces hace que nos exijamos en exceso y disfrutemos poco. Así, nos convertimos en impacientes y, es precisamente esta impaciencia la consecuencia más directa de este alto grado de exigencia al que tantas veces nos sometemos.
Si este es tu caso, si te exiges más y más cada día, y te cuesta aceptar el mínimo error, y estás impaciente, te habrás dado cuenta de puedes llegar a ser muy injusto contigo mismo.
Llegar a todo sin cometer un sólo error, es en si mismo el error.
Yo creo que todos hemos vivido en algún momento las consecuencias de una alto grado de auto exigencia. Y yo… te confieso que la primera. Me costó darme cuenta de que este era uno de mis mayores limitadores, pues ante la imposibilidad de sus pretensiones acababa siempre rendida, desilusionada y hasta abandonando mis propósitos iniciales.
Hoy te cuento qué cosas me han ayudado a mi a soltar la auto exigencia:
¿Qué es la auto exigencia?
Es la manera en la que queremos ejercer el control sobre la vida para vivirla pretendiendo que todo sea como queremos. Para lograrlo, y muchas veces inconscientemente, intentas cumplir con lo que consideras deberías ser o deberías hacer para que los demás te acepten, te quieran y te respeten. En definitiva la auto exigencia es esa necesidad de proyectar la imagen de persona y profesional perfecta. Te impide aceptarte tal como eres y también fallar, pues nunca da el permiso para fallar, para estar triste, tampoco para disfrutar.
Además cuando somos auto exigimos con nosotros mismos, lo somos -y mucho- con los demás. Evaluamos, aceptamos o rechazamos a las otras personas según nuestro baremo. Podemos ser muy duros, tanto de palabra como de pensamiento, y eso nos aleja de las personas y, por supuesto de nosotros mismos. Realmente un alto grado de auto exigencia es muy dañino, por ello tenemos que aprender a soltarlo, como medio para ser feliz y así lograr nuestros objetivos felices.
Estrategias para soltar la autoexigencia
Primero: reflexiona
Párate un momento a pensar y reflexionar sobre lo que te lleva a exigirte tanto. Escríbelo.
Y recuerda que no tienes que demostrar nada a nadie…
Segundo: acepta y afronta el miedo
Todos tenemos miedos. Y el problema, casi nunca, es el miedo en si mismo, sino cómo lo afrontamos. Respeta tus limitaciones y miedos, observados y aprende de ellos.
Reconócelos y acepta lo que vienen a decirte -su intención positiva- y luego déjalos ir; para continuar, sin que te paralicen. Para hacerlo puedes ayudarte con tres respiraciones profundas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca, al tiempo que miras con aceptación tus miedos. Nunca los niegues, ni trates de obviarlos, pues bien sabemos que «de lo que huyes te persigue». A cambio míralos y acéptalos, así perderán fuerza, y cuando sea el momento podrás pr
Tercero: Quiérete
Dedícate tiempo, cuídate, quiérete. Parece algo obvio, pero muchas veces no nos dedicamos el tiempo que merecemos.
Dedica algo de tiempo cada semana a hacer lo que te gusta y te hace disfrutar. Porque cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas.
Cuarto: Confía en ti
Valórate. Echa un vistazo atrás y mira todo lo que ya has logrado. Y confía, confía en ti y también en los que te rodean. La confianza genera más de lo mismo, y esta siempre empieza por ti.
Si tu confías en ti, los demás también lo harán, y cuando te relaciones desde la confianza, estás dando oportunidades reales a las otras personas. Esta es también una forma de crear para ti y, de transmitir confianza. Después con cada persona tu decidirás que relación quieres tener, y eso siempre te recomiendo lo hagas desde la aceptación y el respeto, independientemente de la cercanía que escojas tener.
Quinto: Todo a su debido tiempo
Tendemos a querer todo ya, ahora. Pero esto, no siempre es posible.
Disfruta del camino que hay que recorrer. Al final, la vida es precisamente eso; no se trata tanto de la meta, sino del aprendizaje que obtenemos al recorrer el camino que nos lleva hasta ella.
Este es el mejor momento para disfrutar del instante con conciencia y presencia. Entonces la meta alcanzada es un éxito verdadero. Empieza a disfrutar desde YA, y si puedes…no esperes a mañana.
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